Calleja ha vuelto a echar mano de un viejo sofisma: todos los Gobiernos han hecho lo mismo, todos han intentado negociar, todos han pactado con los nacionalistas...etc. Obviando el hecho de que el PP y el PSOE no han obrado ni remotamente igual en relación con los nacionalismos periféricos, el planteamiento de Calleja es falaz, porque intenta presentar los hechos en el tiempo como si constituyeran una informe masa de puntos, en lugar de una secuencia lineal. Pero esto no es así, y no es lo mismo pactar con el PNV antes de Estella que después. No tiene el mismo valor un acto antes o después de la firma del Pacto por las Libertades y la aprobación de la Ley de Partidos. No es lo mismo, en suma, tener una determinada visión de los nacionalismos al comienzo de la Transición que en 2008, porque entonces no se disponía de la información que ahora tenemos sobre sus efectos.´
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La visión del tiempo informe que Calleja intenta presentar niega toda posibilidad de avance, pero permite ocultar el retroceso. Lo que le viene muy bien, porque, precisamente, lo que ha hecho Zapatero en relación con los nacionalismos periféricos ha sido dar un gigantesco paso atrás.
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