Hace tiempo comencé a leer un libro de Zizek que se llamaba, creo recordar, “En defensa de las causas perdidas”, y una de las causas que Zizek se proponía reivindicar era el estalinismo. Zizek defendía que si bien era cierto que Stalin había provocado la muerte de millones de personas, esto quería decir que, al menos, las consideraba personas. Con esto quería poner de manifiesto el humanismo de Stalin, que había renunciado a configurar el paraíso socialista como un gigantesco hormiguero integrado por unidades desprovistas de humanidad (como habían pretendido algunos ingenieros sociales revolucionarios) y que, por el contrario, había considerado a sus súbditos en toda su dimensión humana, lo que incluía la posibilidad de matarlos. Como el libro estaba en inglés, consideré la posibilidad de no haber entendido correctamente el argumento.
No obstante, el artículo de hoy de El País está en español, por lo que el error idiomático debe quedar descartado. El método preferido de Zizek consiste en introducir los asuntos mediante una escena de alguna película, normalmente de Hitchcock. A partir de ahí, enlaza con el tema que quiere desarrollar, con el que la escena relatada no suele tener nada que ver, y construye una cadena de argumentos en la que cada uno de los eslabones no guarda ninguna relación con el que lo precede. Para finalizar, rellena los huecos con alusiones a Lacan. El resultado, como es natural, suele ser algo absolutamente incomprensible, pero de izquierdas.
La película que hoy le sirve de coartada es “Están vivos”, una película malísima de serie B que él considera “obra maestra olvidada de la izquierda de Hollywood”, que le permite sostener que el verdadero mensaje que Sarah Palin manda a sus electores es “más, cariño, más”. Si se atreven con él, pueden encontrarlo aquí
No obstante, el artículo de hoy de El País está en español, por lo que el error idiomático debe quedar descartado. El método preferido de Zizek consiste en introducir los asuntos mediante una escena de alguna película, normalmente de Hitchcock. A partir de ahí, enlaza con el tema que quiere desarrollar, con el que la escena relatada no suele tener nada que ver, y construye una cadena de argumentos en la que cada uno de los eslabones no guarda ninguna relación con el que lo precede. Para finalizar, rellena los huecos con alusiones a Lacan. El resultado, como es natural, suele ser algo absolutamente incomprensible, pero de izquierdas.
La película que hoy le sirve de coartada es “Están vivos”, una película malísima de serie B que él considera “obra maestra olvidada de la izquierda de Hollywood”, que le permite sostener que el verdadero mensaje que Sarah Palin manda a sus electores es “más, cariño, más”. Si se atreven con él, pueden encontrarlo aquí
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