Como todo el mundo sabe, este fin de semana se han celebrado 'consultas no vinculantes' sobre la independencia de Cataluña en un cierto número de municipios. El 11 de abril de 2008 Santiago González escribió en su blog sobre las consultas secesionistas:
(…) El entonces ministro de Relaciones Intergubernamentales de Canadá, Stéphane Dion, elaboró una ley, previa consulta al Tribunal Supremo, la llamada Ley de la Claridad, que a partir de entonces habría de regular los referendos de secesión. Dion impartió una conferencia en Bilbao, en la que a este blogmaster le cupo el honor de hacer labores de presentador.
A) la pregunta ha de ser clara. No vale invocar el reconocimiento del derecho a decidir, ni formulaciones esotéricas.
B) la expresión de una mayoría secesionista debe ser cualificada y reiterada. Esto debe ser así porque la secesión es una decisión irreversible, que no se puede tomar con un coyuntural 51% de los votos. Dicho de otra manera: es una paradoja que el derecho a decidir exista mientas el independentismo es minoritario y que, en la primera ocasión que rebasara el 50% de los votos desaparezca para siempre.
C) La negociación se hará poniendo sobre la mesa todas las cuestiones pendientes, incluso las inversiones realizadas por el Estado Federal en la provincia secesionista para negociar los plazos de la indemnización, el precio de la libertad.
D) La provincia que aspira a la secesión aceptará, por el mismo principio democrático que invoca, la negativa de algunas partes de su territorio. Por ejemplo, el ‘no’ del Ayuntamiento de Vitoria.
Evidentemente Stéphane Dion no estaba pensando en patochadas como la del pasado fin de semana, porque entonces su Ley de la Claridad habría agotado el alfabeto:
E) La consulta no será de mentirijillas.
F) La consulta, a ser posible, no alterará el censo electoral para la ocasión.
G) La consulta no se limitará a los municipios secesionistas.
H) La consulta se realizará de acuerdo con los procedimientos generalmente aceptados por aquellos países que han superado la prehistoria.
Etc.
(…) El entonces ministro de Relaciones Intergubernamentales de Canadá, Stéphane Dion, elaboró una ley, previa consulta al Tribunal Supremo, la llamada Ley de la Claridad, que a partir de entonces habría de regular los referendos de secesión. Dion impartió una conferencia en Bilbao, en la que a este blogmaster le cupo el honor de hacer labores de presentador.
A) la pregunta ha de ser clara. No vale invocar el reconocimiento del derecho a decidir, ni formulaciones esotéricas.
B) la expresión de una mayoría secesionista debe ser cualificada y reiterada. Esto debe ser así porque la secesión es una decisión irreversible, que no se puede tomar con un coyuntural 51% de los votos. Dicho de otra manera: es una paradoja que el derecho a decidir exista mientas el independentismo es minoritario y que, en la primera ocasión que rebasara el 50% de los votos desaparezca para siempre.
C) La negociación se hará poniendo sobre la mesa todas las cuestiones pendientes, incluso las inversiones realizadas por el Estado Federal en la provincia secesionista para negociar los plazos de la indemnización, el precio de la libertad.
D) La provincia que aspira a la secesión aceptará, por el mismo principio democrático que invoca, la negativa de algunas partes de su territorio. Por ejemplo, el ‘no’ del Ayuntamiento de Vitoria.
Evidentemente Stéphane Dion no estaba pensando en patochadas como la del pasado fin de semana, porque entonces su Ley de la Claridad habría agotado el alfabeto:
E) La consulta no será de mentirijillas.
F) La consulta, a ser posible, no alterará el censo electoral para la ocasión.
G) La consulta no se limitará a los municipios secesionistas.
H) La consulta se realizará de acuerdo con los procedimientos generalmente aceptados por aquellos países que han superado la prehistoria.
Etc.
Comentarios
Te iba a responder con argumentos, pero casi que nos ahorremos el esfuerzo, el tuyo principalmente.
Tal vez hubieras preferido cuatro bombas y amenazas antes que una iniciativa ciudadana llamando a las urnas, donde les ha dado la gana, claro está, porque no era ni reconocida ni vinculante.
Por cierto, dudo que haya un solo independentista catalán que no suscriba las palabras de Dion. (esto es lo que tanto os cuesta de entender a los endogámicos)
Ahora si quieres lo copias en otros blogs.